Una de las líneas que atraviesa la programación del 5° Festival Internacional de Cine de Entre Ríos tiene que ver con la conmemoración de los cuarenta años de vida democrática en la Argentina. Una serie de películas de diversas secciones tienen un sello distintivo que hace referencia a este tópico.
Entre la selección se distinguen producciones cinematográficas que dialogan con la construcción de la memoria. “Lo que nos interesa en esta edición es poder mostrar y transmitir la importancia de la democracia a las nuevas generaciones”, señaló Francisca D´Agostino, secretaria de Cultura de la Provincia. “Es una forma de que conozcan esa historia y de que entiendan por qué la defensa acérrima de la democracia es tan importante. Los derechos no son mágicos, tienen toda una lucha detrás; lo que queremos es aportar a esa idea”, agregó.
Películas con sello propio
La Función Especial de Juan, como si nada hubiera sucedido, será el jueves a las 15.30 en el 1° piso del CPC. En este documental, Carlos Echeverría investiga la desaparición de Juan Herman, un estudiante de Bariloche, ocurrida en 1977 durante la dictadura cívico-militar. Parte de esta obra fue utilizada como material adjunto en la causa que, en 2019, condenó a los responsables por la detención ilegal del protagonista. La película, que tiene guion del mismo director junto a Osvaldo Bayer, fue rodada en 1987 y constituye uno de los primeros testimonios sobre el terrorismo de Estado ocurrido en el período inmediatamente anterior (1976-1983). En su momento, no pudo ser estrenada y circuló de forma casi marginal proyectándose en sindicatos, centros de estudiantes, espacios culturales y distintas emisoras de televisión. Con el tiempo, este documental apto para todo público adquirió la talla de un clásico.
El juicio
De igual modo, El juicio (Ulises de la Orden, 2023) será exhibida el sábado 9 a las 16 en la sala Verónica Kuttel de La Vieja Usina. Se presenta en la sección Cine por Entrerrianxs ya que su montajista, Alberto Ponce, es de esta provincia y estará presente para intercambiar opiniones con el público.
En 1985 se llevó adelante el juicio a las juntas militares de la última dictadura, acusadas por delitos contra la humanidad. Durante noventa jornadas se oyeron los relatos del horror y una sentencia final: Nunca Más.
“Mi trabajo como montajista fue arduo, pero muy satisfactorio a la vez. El material era duro, fue muy difícil al principio ver todo eso y reconozco que las dos primeras semanas dormí poco y mal, hasta que después uno se va acostumbrando, como los médicos cirujanos”, narró Ponce. El material que filmó Canal 7 a pedido de los jueces, explicó el montajista, fue registrado a dos cámaras para no mostrar por televisión la cara de los militares enjuiciados. Fueron noventa audiencias durante ocho meses que con los alegatos sumaban unas 530 horas de material. “El primer desafío fue ver todo, por eso es que encontramos joyas realmente nunca vistas. Hicimos un proceso de clasificación muy arduo”, agregó Ponce. Ese visionado les llevó casi ocho meses. Organizar el material fue otro proceso, para lo cual inventaron una técnica con fichas a partir de un software. “Fue un proceso de tres años de trabajo, que dejé registrado en un libro que estoy por publicar pronto”, anticipó.
El primer armado de la película duraba ocho horas y media; la versión actual es de tres. “No hay entrevistas, no hay ninguna intercalación externa al material que estuvo filmado en ese recinto, eso le dio un plus estético y cinematográfico. Con esas condiciones, mantener una narración larga que no aburra, era el mayor desafío”, dijo Ponce, consciente de que lo producido será fuente de consulta en el futuro. “Es la película más importante que voy a hacer en mi vida porque no creo tener de nuevo la oportunidad de acceder a un material de este calibre, de este volumen y de esta importancia. La película tiene que servir para afianzar y mover la memoria colectiva. Creo que es una herramienta, más en este contexto de avance de la derecha y del negacionismo, es importante que se vea porque no es un mito, no es una mentira. Esto existió, esto pasó y ahí está el testimonio”, concluyó.
Tres cosas básicas
A su vez, Tres cosas básicas (Francisco Matiozzi Molinas, 2023) se proyectará el jueves 7 a las 17:30 en la sala Planta Baja del CPC. Es parte de la sección Panorama Regional.
La dictadura cívico militar secuestró en 1978 a Tulio Valenzuela y a Raquel Negro, quien estaba embarazada de mellizos, junto a su pequeño hijo. El dictador Leopoldo Fortunato Galtieri ofrece a Tulio salvar sus vidas a cambio de viajar a Méjico y entregar a la cúpula de Montoneros. El militante logra fugarse y denunciar a los militares argentinos.
La pregunta con la que empieza esta película, “¿Es posible que el sacrificio más grande por una causa sea el de dar la vida?”, comenzó a rondar en la cabeza del realizador en los años 90, cuando se juntaba con su abuelo, Beto Molinas, a tomar lisos en un bar santafesino mientras intentaba armar el rompecabezas familiar: “Un puzzle setentista con muchas piezas ocultas y cinco tíos militantes montoneros asesinados. Sus cinco hijos. Esos que pudieron exiliarse o salvarse y, sin embargo, decidieron seguir luchando”, comentó Francisco.
“En Tres Cosas Básicas intento contar una historia del pasado reciente de la vida política argentina, pero con un relato en tiempo presente y una mirada hacia el futuro. Elijo armar una suerte de policial político en el que el hilo conductor es la conferencia de prensa que protagonizó “Tucho” Valenzuela, que tuvo que decidir entre la causa o su familia, entre su vida o lo que cree; y fragmentos de la carta que le escribió a su hijo mientras todo eso pasaba”, indicó el director.
“No sé si la pregunta con la que comienza la película tiene respuesta. Quizás sí, y seguramente haya más de una. Al final, ensayo un indicio, algo de toda esta búsqueda queda expuesta sin pretensión de conclusiones. El bar hoy es un edificio alto y moderno. Mi abuelo ya no está. Pero sí queda esta película para mantener viva su memoria, nuestra memoria, para dejar una huella que podamos volver a pisar en tiempos de incertidumbre y caos. Y en tiempos de deseos permanentes”, reflexionó Mattiozi Molinas.
Matria
La película Matria (Jimena Chaves, 2022) se verá el jueves 7 a las 22 en la sala Planta Baja del CPC. Integra Cine por Entrerrianxs.
Cuatro madres cuyas vidas están atravesadas por un mismo hecho en común. Sus hijos fueron enviados a la guerra de Malvinas y no regresaron. Con una perspectiva de género y federal, Matria aborda la experiencia íntima y el tratamiento de la ausencia.
“Se realizó de manera autogestiva durante el periodo de pandemia”, contó Pamela Carlino, la productora que acompañará la función en el 5° FICER. “Sentimos la necesidad de que esas voces llegaran a ser escuchadas porque se iban apagando por las edades y el contexto. Nos parecía trascendental que fueran parte de la memoria colectiva viva y que va creciendo y va sumando esto que todavía llamamos historia reciente, pero que cada vez más es más historia”, añadió. La película está hecha por un equipo técnico enteramente nacido en democracia, destacó la productora, ya que se trata de “voces que salen a buscar algunas otras respuestas” distintas a quienes crecieron en dictadura. “Para nosotros todo tiene que ser dicho porque en las generaciones que nos siguen hay un montón de estos sucesos que no se ven como algo reciente; al contrario, lo sienten como lejano y en un contexto como en el actual está la necesidad de seguir haciendo hincapié en la importancia de que esta democracia se siga cuidando”, acotó Carlino.
Crónicas de un exilio
La producción Crónicas de un exilio (Micaela Montes Rojas y Pablo Guallar, 2022) se podrá visionar el viernes 8 a las 19 en el 1° piso del CPC. Forma parte de la sección Cine Nacional en Competencia.
En 1976, luego de un intento de secuestro, el cineasta Octavio Getino (integrante de Cine Liberación) abandona la Argentina. Tanto él en Perú como su familia en Buenos Aires convivieron con la ausencia y los miedos, con el peligro y el desarraigo. Crónicas de un Exilio narra las causas y consecuencias de su exilio, la ruptura y reconstrucción de una familia que fue atravesada por los años más oscuros de nuestra historia.
Pablo Guallar conoció personalmente a Getino en 2011, cuando participó de una serie de entrevistas sobre su vida. “Recuerdo dos momentos en los cuales noté a Octavio muy emocionado: uno fue cuando hablaba de (Juan Domingo) Perón, personaje que había marcado para siempre su vida. El otro era relativo al exilio que vivió en 1976, cuando tuvo que abandonar a su familia y amigos para comenzar un viaje plagado de peligros a Perú. De esa emoción profunda surgió la idea de investigar cómo había sido su exilio y qué transformaciones había sufrido en ese período”, expuso el codirector.
Micaela Montes Rojas, codirectora, dijo que para el trabajo consiguieron materiales históricos y periodísticos en el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Nacional y el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken. “Luego está todo lo que es el material familiar, que hemos conseguido gracias a amigos, familias, rollos que nos encontramos gracias al destino y también a las recorridas por ferias de antigüedades”, reveló.
“Esta producción aporta una arista más a la historia de nuestro país, a los cuarenta años de democracia. Con la historia de Octavio Getino lo que hacemos es contar la historia de una familia en particular, que pudo ser la historia de tantas otras”, sintetizó la directora. “El hecho de que la voz de las hijas e hijo de Octavio sean las articuladoras del relato trae consigo una deconstrucción y humanización de una figura tan emblemática como la de Getino. Consideramos que sus reflexiones son vitales para los tiempos que corren, para ayudar a repensarnos, a valorar los pequeños actos de cuidado y amor, de redención”, completó Guallar.
El FICER tiene epicentro en el Centro Provincial de Convenciones (CPC) ubicado en San Martín 15; y en La Vieja Usina y el Instituto Autárquico Audiovisual de Entre Ríos, localizados en Gregoria Matorras 861 de la capital entrerriana, y en cinco subsedes: Villaguay, Concordia, Concepción del Uruguay, Federal y Rosario del Tala.
Todas las actividades del FICER son con entrada libre y gratuita. La programación está disponible en www.ficer.com.ar. La iniciativa es impulsada por el Gobierno Provincial, a través de la Secretaría de Cultura de Entre Ríos.